Este es un eclipse que te lleva a enfrentar un desafío que nunca querés encarar. Encontrarte en tu propio desequilibrio, para profundizar en tu propio conocimiento o simplemente para que te hagas cargo de quien verdaderamente sos y no de lo que pretendés vender.
- ¿Qué reconoces que tenés que corregir?
- ¿Qué deseas corregir?
Soltáte esta vez a vivir este proceso, no lo interrumpas. Este es el nacimiento que te toca vivir. Soltá el romanticismo de creer que todo sucederá mágicamente, que alguien te traerá en un paquetito las bendiciones y entendé que todo nacimiento contiene un trauma entre la oscuridad y la luz.
Hay miedos, siempre estarán ahí acechándote tan sólo para que te hagas valiente, para que el deseo de tu corazón pese mucho más que tu dolor o tu frustración porque las cosas no sean tan rápidas o tal como las deseas.
Tal vez toda definición que hayas construido sobre vos mism@ hasta este momento se te caiga a pedazos, pero simplemente te ofrece a pasar a un período más simple, más del ser quién sos, sin esfuerzos.
Lo firme y lo blando se unen por primera vez, y se hace difícil esa unión. La fuerza de la luz y la oscuridad están confrontándose. Todo es al mismo tiempo. Es difícil pararse a qué modo queremos correspondernos. Hay que pararse. Hay que tomar determinaciones. No se puede caminar de un lado y del otro.
Existe algo que se opone a nuestro ser, para que se genere ese nacimiento con la necesidad de dar a luz, de parirse. De Ser y de desplegarnos.
El movimiento, la energía, puesta al servicio de la existencia en constante perseverancia, así es la vida, por qué contradecirla con la quietud. El movimiento termina aportando luz. La vida se mueve. Es movimiento. Siempre es un aporte, siempre es luz.
El éxito en esta vida solo tiene que ver con la perseverancia, del ser en la dicha de manifestarse siendo, no con el resultado, sino con el creer y el crear a diario esa forma en la que queremos desarrollarnos.
La atmósfera hoy parece cargada de dificultades, como si estuviera muy próxima una tremenda tormenta. La oscuridad se cierra hasta casi doler el miedo dentro del cuerpo y es así cómo aparece ese grito interno, que grita justicia, para uno, para el Ser que desborda en lágrimas, como si fuera la lluvia, que todo lo limpia, que todo lo arrasa. Que te deja sentirte.
Así todo se distiende. Así es como sucede en el humano. El tiempo de caos, adelanta también un tiempo de orden. Todo es circularidad.
Es el tiempo de aprender a pedir, de entender que un@ no está solo. Es tiempo de dejar ir la omnipotencia, de entender que hay asistentes, ayudantes, que no estamos solos, que ahora somos una comunidad, que no compite por lugares opuestos, sino que está dispuesta a ser y a dejar ser.
Más allá de todo, la situación, no es romántica, ni fácil, es difícil.
Al comienzo es complicado. Un@ se ve en dificultades, en cambios, no es el tiempo de entregarse al descanso, es el momento de observar, de detectar, de experimentar, de explorar, sin desesperación. Viendo en lo nuevo, en las nuevas acciones, en esos lugares por los que nunca antes transitamos.
¿Qué es lo que siempre deseaste ser y nunca te lo permitiste?
Desenredarse.
- Drenar al ser.
- Sanarse de darse a nada.
Aún frente a la duda y a los impedimentos, todo sigue en movimiento. El estancamiento es una ilusión, no te desanimes tan fácilmente. Recordá que ahora el tema no son los resultados, sino lo que puedas descubrir en el camino.
Te abrazo en este mágico eclipse, en el que la magia sos vos.