- Por empujarme a la aventura de guardarme y esta vez, no escapar de todo aquello que tenía que limpiar.
- Por la oportunidad de conocerme y de conocerte desde nuestro Ser y soltar la apariencia.
- Por permitirme descubrir esos lugares que en mi estaban cerrados bajo candado para hacerme de abrir, limpiar y transformar.
- Por entregarme la gran llave: el «darme cuenta» que el capital que todo lo sustenta es el afectivo. Que la gestión emocional es el flujo de la vida y que la comunicación de quienes somos nos habilita a la reciprocidad y al amor.
- Por darme la mano para descubrir que la adversidad es el medio para reconocer mis valores, herramientas y mi creatividad.
- Por brindarme la oportunidad de ocuparme lo suficiente de mi para convertirme en el gran amor de mi vida y de esa manera cual imán quedarme abrazada a ese deseado estado de Amor.
La lista es infinita. ¡Gracias!
Brindo y choco tu copa desde lo más profundo de mi alma, celebrando compartir con todos ustedes esta maravillosa experiencia llamada vida.
¡Lejaim! (Por la vida).